miércoles, 24 de agosto de 2011
.
Pasará el día que menos te lo esperes. Estarás tan a gusto leyendo en tu habitación y llamaré al timbre de repente, sin avisar. Con mi gorrito rojo calado hasta las cejas y dos litronas en una bolsa de plástico, para no variar... Esta vez no gritaré como la última vez, te lo prometo. Ni habrá planes de fiesta absurdos que no son más que excusas. No, esta vez dejaré las litronas sobre la mesa y me meteré en tu cama, que hay algo que quiero que me repitas sin necesidad de que estés borracho.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario