viernes, 19 de agosto de 2011


A ras del suelo, más frágil que un beso lanzado al aire en Otoño. Desde la madrugada del banco más escondido de la ciudad, en el que ha llovido hoy por la
tarde. Donde esta noche han llovido las estrellas sin nosotros, donde desde hace unos días no llovemos. Ni tú. Ni yo.

Se pone la sudadera azul y se asoma al tejado. En el cielo sólo hay nubes. Y no, ni rastro de estrellas. Definitivamente, hoy no es un buen día. No hay ningún
coche en marcha que la espera, ni se oyen maullidos en los callejones. Coge sus cascos y busca una canción. Entre el papel y el bolígrafo, una lágrima sin
motivos
una sonrisa con razón y una carta que tal vez nunca llegue a su destino...

Las primeras notas de "Lo que hemos vivido" de Despistaos. Y tras varios intentos, decide escucharla. Se acuerda de cuántos Octubres ha pasado escuchando esa canción. Y es que cuando se derrumba el tejado, necesitas saber que hay una mano para salvarte. Y esa noche, la azotea estaba en el subsuelo. Y en ese preciso instante, te das cuenta que esa canción ya no es de amor, pero SÍ ES PARA SIEMPRE.

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